07/30/2020

El Nuevo Liberal

Haciendo ciudadanía

La Luna

DIEGO FERNANDO SÁNCHEZ VIVAS

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El 20 de julio de 1969, el mundo presenció en vivo y en directo en una transmisión de televisión para todos los países de la Tierra. la mayor hazaña que el género humano hubiese podido realizar en toda su historia: la misión espacial Apolo 11, integrada por los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin descendieron a la superficie de la Luna mientras Michael Collins permaneció en el módulo de comando, materializando así las palabras del asesinado presidente John F. Kennedy quien en 1961 ante el congreso de la Unión había pronunciado un emotivo discurso afirmando categóricamente que antes del fin de esa década, los Estados Unidos llevarían a un hombre a la Luna.

Dicho anhelo era compartido por todo el género humano desde tiempos inmemoriales cuando apartándose de la lucha cotidiana por la supervivencia en un momento de su evolución, miró al infinito y consiente de la inmensidad del universo tuvo el sueño de alcanzar ese enorme astro blanco que se diferenciaba de las estrellas titilantes por su tamaño y cercanía. En ese entonces seguramente pensó que no estaba lejano el día en que un congénere suyo pisara el suelo lunar.

Desde las civilizaciones más antiguas de la humanidad, Asiria, Babilonia, Egipto, Grecia, Roma, las precolombinas, Azteca, Maya, Inca, Chibcha siempre miraron con devoción y asombro la presencia de este astro entonces lejano y desconocido, y utilizaron su influencia para los cultivos, sus colosales construcciones y erigieron en sus templos poderosas deidades con la luz de la luna o Selene.

Todo este anhelo se materializó muchos años después, gracias a la Misión Apolo 11, un proyecto ejecutado por la Agencia Nacional Espacial Estadounidense NASA, que contó con un equipo de 400.000 personas, entre las que se destacaron el científico alemán Wernher Von Braun quien diseñó el cohete Saturno V, fundamental para la misión, Thomas Kelly constructor del módulo lunar que transportó a los tres astronautas, el Eagle y la dirección y gerencia de las misiones Apolo en cabeza de George Low y Samuel C. Philips, los astronautas recorrieron 384.633 kilómetros para llegar a la Luna.

Hoy más de cinco décadas después el género humano sigue mirando con asombro y admiración ese astro tan lejano y próximo a la vez, que parece ser el testigo mudo de la evolución de la historia de la humanidad y que parece contener en su interior los más insondables secretos del universo, y que alguna vez en la vigilia de los tiempos, asistió a la transformación de la maravilla de la creación.

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