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    La Junta Permanente Pro Semana Santa de Popayán, ochenta años

    Por: Tulio Enrique Mosquera Guevara

    Ex Presidente Junta Permanente Pro Semana Santa

    1. Luis Carlos Troches, Laurentino López, Olmedo López, Otón Sánchez. /Fotografía: Laboratorios ‘IRIS’

    La Junta Permanente Pro Semana Santa fue la respuesta a la decadencia de las procesiones, traducida en anarquía, abusos, mal gusto, desafueros, mal comportamiento de síndicos y cargueros, abandono y malos manejos, que se vivía allá por la década de los años treinta del pasado siglo. Las procesiones,ya habían comenzado el lento proceso, lento por fortuna, de desaparición, como consecuencia de la pérdida de influencia de Popayán en los destinos de Colombia. En el camino se perdieron la procesión del Lunes Santo, la de La Soledad, la de la Virgen de los Dolores, hoy renaciente a Dios Gracias y quien sabe cuántas más; y lo peor, a nadie le habría importado un comino. Es así, como surge la idea del Maestro Guillermo Valencia, la figura más preponderante de la primera mitad del Siglo XX de Popayán, quien propone la creación de una Junta Permanente, de carácter laico, integrada por personas de profunda raigambre payanesa, encargada de la organización, esplendor y mantenimiento de una tradición que rápidamente se acercaba a las cuatro centurias de existencia. En 1937 se escogen los nombres de 30 hombres y mujeres que asumen su papel y en 1939, la Asamblea Departamental mediante la Ordenanza Nº 14 de ese año oficializa su creación y es en esta ordenanza donde radica su autoridad, desde el punto de vista jurídico, pero la Junta la ha fortalecido con el ejemplo, el trabajo, la persistencia, la razón. Claro que no es perfecta; claro que ha cometido errores, pero es que es de humanos; de gente común y corriente que sin ganar nada distinto de la satisfacción del deber cumplido, dedican su tiempo a las procesiones semanasanteras.

    En días pasados, releí un artículo del Señor Presidente de la Junta Don Felipe Velasco Melo, quien en un aparte resumía aquello que la Junta hace:

    “Terminadas las Procesiones, a la Junta le quedan los compromisos financieros, la elaboración de informes, balances, la planeación de la restauración de las imágenes y paramentos que así lo requieran, empezar la organización de las del siguiente año y por supuesto, recibir las críticas constructivas de quienes las aman y las malintencionadas de aquellos que nunca han colaborado para con el éxito de los desfiles sacros”.

    Cuanta verdad encierran estas frases; cuanta incomprensión a una labor de titanes que ha colocado las procesiones en un sitio al cual solo llegan las tradiciones que verdaderamente tengan un significado importante para la cultura del mundo. Comparto con la Junta, la afirmación de que hay oportunistas que quieren ahora sí, subirse al carro de los éxitos que no han construido; personas que ni siquiera se han preocupado por estar en Popayán durante la Semana Santa; que se fueron de esta ciudad a vivir a otras partes y nunca participaron en los ritos pasionistas.

    Durante ochenta años que estamos celebrando este año, la Junta sigue ahí; al pie del cañón, golpeando puertas, solucionando problemas, organizando eventos, publicando temas importantes, generando recursos para la ciudad, a los hoteles, a los restaurantes, a las empresas de transporte, a los artesanos, a los músicos a tantas personas, de las cuales casi nadie o nadie agradece, pero exige. ¿Y qué importa?, las procesiones son más importantes; han permanecido sin ellos; ¿pueden ellos subsistir sin las procesiones? Y la gran gestora es la Junta; nuestra Junta; con ella se puede discrepar, lo hemos hecho, pero no se puede desconocer como autoridad; en ellos está la confianza de un pueblo y la supervivencia de una tradición.

    2. Laurentino López T., Presidente Guillermo León Valencia, Sacerdote Sacramentino, José Asencio Lamiel- Escultor, Roberto Palomino, Arzobispo Diego María Gómez T., Obispo auxiliar Raúl Zambrano Camades./ Fotografía: Ortiz

    Vean Ustedes cómo ha sido el trabajo de la Junta. En un folleto editado en 1942, que se vendía en 0,15 centavos, hay un artículo titulado “Cómo trabaja la Junta Permanente Pro-Semana Santa”, dondepodemos leer este aparte:

    “SAN AGUSTIN.- En la iglesia parroquial de San Agustín se han introducido reformas apreciables en algunos pasos, especialmente en el Señor del Prendimiento, paso éste que arregló la Junta íntegramente para suplir varias imágenes que se hallaban en mal estado reemplazándolas por nuevas y poniéndolo al cuidado de personas serias y responsables. Lo mismo para el paso de la Negación desde el año pasado con este destino exclusivo obtuvo un nuevo judío cuyo arreglo fue costeado por esta misma Junta.

    (…) Este año, haciendo un esfuerzo hijo solo del entusiasmo y la resolución irrevocable de trabajar por el sostenimiento y de nuestra fiesta tradicional, la Junta acometió la obra de hacer forrar “el mundo” sobre el cual descansa la imagen del Señor del Perdón, en bella lámina de plata labrada, trabajo este que dará particular belleza al paso y servirá para aumentar el significado de nuestros tesoros religiosos. Esta obra cumplida venturosamente para la ciudad, para el templo de San Agustín y para la Junta que intervino en su realización, ha tenido un costo de cerca de $700,00”

    Y si presentáramos aquí apartes de los informes de cada año, todos serían en el mismo sentido; demostrando las razones para que esta Junta sea la detentadora de la solidaridad de los payaneses. La Junta es sin dudas, el baluarte de la ciudad; en ella reposa la confianza de un pueblo que lleva 462 viviendo su tradición.