La historia del beso ¿De dónde nació este hábito?

El beso, un movimiento corporal cargado de sentimientos.

La historia del beso ¿De dónde nació este hábito?

¿Quién no ha dado un beso? Aquel movimiento de labios que chocan sutilmente, ya sea contra un cachete, una frente, una mano, o unos labios. Te recomendamos visitar un artículo sobre besos ricos en freim.tv.

La palabra beso es un ramaje del latín basium, lo que nos lleva a que su práctica se viene ejerciendo desde tiempos remotos. Aquella serie de movimiento de diversos músculos faciales que terminan en los labios para expresar infinidad de sentimientos, ha sido una constante en el transcurrir del ser humano, de tal forma que paralelo al odio y al desprecio siempre sobresale el beso como elemento que se comparte y que representa la unión de nosotros como humanos.

No se sabe a ciencia cierta dónde nació este humano hábito. Tal vez las terminales nerviosas de los labios se atrajeron desde comienzos de la historia humana hasta convertirse en ese hermoso accionar corporal con el que expresamos toda clase sentimientos.

Así parece entonces que los humanos siempre se han besado, dejando al beso como un sello de su historia, de su recorrido como raza pensante.

El beso se produce por un movimiento de contracción de los músculos de los labios, que se acompaña por su peculiar sonido que representa una especie de choque sensual y amoroso entre los labios y partes similares de otro cuerpo humano

El beso tiene diferentes finalidades. Unos son protocolares, otros familiares, algunos rituales y los más deseados, los que sellan la atracción hacia otra persona y que regularmente concluyen con un apasionado choque de dos bocas y sus respectivos entrelazamientos de lenguas. Es este último tipo de beso entonces, el que representa la pasión, la sensualidad y la atracción física de los humanos.

Pero además de los besos apasionados, también los hay para expresar amistad. Estos se practican por jerarcas de muchas sociedades cuando se encuentran para sellar alianzas y unir pueblos. Lo vemos así en los rusos cuando el intercambio de besos alinean el deseo de realizar conjuntamente un proceso político o social.

Vemos también besos entre amigos que representan un saludo que indica alegría por compartir con quien se disfruta momentos cotidianos. También los hay por amor filial, el que une a dos personas que llevan su misma sangre como padre e hijo.

El beso se convierte entonces en una sensación placentera con la que los humanos podemos expresar amor, ternura, camaradería, amistad, alegría, excitación, entusiasmo o en raros casos, traición, aquella en la que el beso se convierte en señalador, como lo hizo Judas con nuestro señor Jesucristo. Esa infortunadamente, es también una característica para ese bello movimiento, que al final debe estar acompañado de un sentimiento y una forma de expresarnos como raza humana.