Hilando memoria con las mujeres de Jambaló

Las mujeres Nasa y Misak del resguardo de Jambaló, ubicado al nororiente del Cauca han resistido al conflicto armado buscando protección para sus vidas y para su territorio. Sus historias se tejen como se tejen las jigras y las mochilas, que empiezan a hilar desde los 7 años.

Dentro del proyecto, las mujeres también escribieron sus historias de resistencia a través de 6 colchas cosidas, simbolizando la espiral, la representación política femenina y el papel femenino en la organización. No es una historia lineal, sino que toma el camino de la espiral: va hacia adelante, pero cuando se necesita, retorna al origen. /Fotografía: Prensa Gobernación

Por Olga Portilla Dorado

Las jigras (mochilas elaboradas con cabuya) simbolizan la matriz de la mujer, a los 6 o 7 años las mujeres Nasa y Misak empiezan a tejer su primera jigra. La costumbre es que la mamá o la abuela la inicien y luego se la entreguen a la niña para que la continúen, es la forma de guiar el camino del aprendizaje.

“Cuando las mujeres vamos creciendo, el tejido de la jigra determina nuestros deberes frente a la maternidad: una jigra robusta y terminada simboliza un útero fuerte y un vientre firme para la continuidad de la vida y de la cultura”, así lo señala Rosa, una de las mujeres Nasa del resguardo indígena de Jambaló, mientras muestra orgullosa la mochila que fue tejiendo a lo largo del proceso de memoria histórica que se realizó en este lugar.

En esa iniciativa de memoria histórica, no solo participó Rosa, sino otras 69 mujeres del resguardo, quienes hicieron parte de los 21 talleres de memoria orientados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, Usaid y OIM; y que como resultado final lograron publicar la cartilla ‘Hilando memorias para tejer resistencias’.

“Allí están condensadas las experiencias de las mujeres, sus relatos y la forma como ellas se entienden a sí mismas, como agentes de resistencia, en medio de un territorio en donde la violencia no les ha dado tregua”, comenta Nancy Prada, coordinadora del grupo de enfoque de género del Cnmh.

Desde noviembre del 2014 hasta septiembre del año pasado, estas entidades apoyaron la iniciativa y la solicitud que presentó la comunidad de Jambaló, luego de haber tenido un exitoso proceso de construcción de memoria con niños, niñas y adolescentes afectados por el conflicto armado.

“Entre 2012 y 2013 se trabajó con niños, niñas y adolescentes de la comunidad de Jambaló, para preguntarse cuáles son sus afectaciones específicas en el marco del conflicto armado, cómo ellos producen memoria histórica también, luego de este proceso, la misma comunidad hizo la solicitud de que veían también importante hacer el proyecto con las mujeres, y es por eso que nació ese diálogo, para hacer realidad la iniciativa de memoria con las mujeres de Jambaló”, explica Nancy.

Y es que las mujeres, como ellas mismas cuentan, han llevado en sus hombros una lucha incansable por el respeto de su territorio y de la vida que ellas engendran. “Fuimos las mujeres que trabajamos hombro a hombro sin importar lo que pudiese pasar con nuestras vidas, sólo pensando en trabajar por la defensa del territorio y de la vida como derecho fundamental”, dice Carmen Ramos, participante del proceso.

En el proceso de construir memoria desde la cosmovisión de estas mujeres indígenas, ellas insisten en varias cosas, especialmente en que la guerra “no se inventa las violencias que han venido sufriendo las mujeres, sino que en el contexto del conflicto, esas violencias se exacerban y cobran unas formas particulares”.

Entre sus relatos, algo que especialmente llamó la atención, fue que en uno de los ejercicios de reconocimiento de los lugares dentro del resguardo donde está el peligro, o las zonas peligrosas para las mujeres; muchas coincidieron en que el principal foco de violencia es su casa, y la existencia de una serie de violencias patriarcales y machistas.

“Ellas mencionaban cómo por arreglos de género que tiene que ver mucho con la cultura, en sus familias no les permiten acercarse a los espacios de capacitación, no les permiten participar de este tipo de procesos y eso va en detrimento a su desarrollo y a una vida sin violencias”, recuerda Nancy.

Pero entre esa violencia, y en medio de la riqueza intercultural del resguardo y del trabajo de las mujeres de Jambaló, habían muchas cosas por destacar, entre ellas, los dispositivos de memoria propios de la comunidad, que van más allá del discurso.

“El chumbe es un elemento en el cual se plasman las cosmogonías Nasa y Misak, a través de figuras y símbolos míticos, y se hila a través del telar. Las mujeres participantes de este proceso tejimos unos chumbes, de manera colectiva, donde identificamos y simbolizamos el continuo de violencia en los espacios familiares maternos o paternos, en las familias constituidas con nuestras parejas y en cualquier parte del territorio como consecuencia del conflicto armado, de las acciones de los actores armados legales e ilegales”, se describe en la cartilla.

Es por eso que para las jambaleñas, construir memoria va más allá de dar un discurso o de consignar sus recuerdos en un documento; de ahí la importancia de cada uno de los hilos que enhebran en sus agujas, de cada color con el que tejen y dibujan para no olvidar, pero sobre todo para seguir resistiendo;  “para que la memoria nos sirva de herramienta de lucha al formar las nuevas generaciones y a la comunidad en general, en la tarea de erradicar las violencias hacia las mujeres en el territorio”.


“Es necesario que la guerra cese, que los compañeros dejen de ser asesinados y que los hijos e hijas dejen de ser vistos como instrumentos de guerra. Creemos que los niños y las niñas son la esperanza de pervivencia de los pueblos”, mujeres Nasa y Misak de Jambaló.


Sobre Jambaló

Jambaló, es el único municipio-resguardo del país. Ubicado al nororiente del Cauca, es un lugar lleno de riqueza; un territorio donde han convivido con sabiduría los pueblos indígenas Nasa y Misak. En medio del conflicto armado, la Columna Móvil Jacobo Arenas, y el frente 6 de las Farc, buscaron aprovechar el abandono estatal para hacer presencia en este territorio. Desde el casco urbano, al norte, se ven tres montañas imponentes; y al sur, el bello y hermoso páramo de Monte Redondo. El día 27 de abril de 2005 el pueblo de Jambaló se convirtió en un escenario de guerra y conflicto, cuando, desde las 10:40 pm, las Farc intentaron tomarse el pueblo. Cada cinco minutos se escuchaban los estruendos de los tatucos. Sobre las 11:30 pm empezaron los bombardeos de los helicópteros del Ejército Nacional.

Actualmente, los pueblos indígenas de esta región han emprendido una lucha incansable no solo contra las guerrillas sino contra cualquier actor armado que los ha afectado, bandas criminales y el Ejército, para defender su territorio, su cultura y su derecho a vivir en paz.