Giovanni Quessep, el poeta encantado

Con el libro “Antología personal” editado por la Universidad del Cauca, el escritor caucano fue seleccionado en mayo de este año por el jurado del I Premio Mundial de Poesía “René Char” como el ganador de la mejor obra publicada en español entre 2013 y 2014.

Giovanni Quessep, el poeta encantado.

Si el principio de realidad en la obra poética de Giovanni Quessep es la poesía misma, la búsqueda estética hace de la palabra conocimiento y salvación. Aunque ese sentido pueda estar oculto y para encontrarlo sea necesario indagar dentro del tiempo oculto en el tiempo mismo, y dar con esa otra voz acallada que surge del mito cuando se vive encantado.

El nombre dado a ese volumen recrea las edades o periodos de un camino literario iniciado en 1968 con la publicación de “El ser no es una fábula”; obra de aperturas que ya entona una música de leyenda, distinta desde entonces, con nuevos elementos, míticos y humanos, en los libros siguientes, para hacer de su voz una de las que mayor interés suscitan en la lengua española, por la singularidad de su registro lírico y las variadas formas que armonizan la tensión de la tradición y modernidad literarias.

De los primeros temas aún palpita hoy día esa preocupación suya por el tiempo como una manera de nombrar el exilio, la conciencia del hombre mortal que canta, y su música

Giovanni Quessep llega a Popayán en 1982 procedente de Bogotá, donde trabajaba como profesor de literatura de la Universidad Javeriana. Pero es la Universidad del Cauca quien le otorga el título de doctor Honoris Causa en Filosofía y Letras en 1992, como reconocimiento a su labor creativa y docente. A la ciudad que lo acogió hace 33 años, ha evocado sin decir su nombre:

SONÁMBULO

Siempre diré ¿dónde me encuentro,

qué extraña tierra es ésta

que no recuerdo el nombre de

los pájaros

para hacerme una palma con

sus alas?

Aquí vine de pronto

como sonámbulo, como ciego

golpeando con mi bastón las

sillas, la puerta,

los caballitos del diablo en la

ventana.

Desde hace tiempo estoy entre

gentes que amo,

en una ciudad blanca

que tiene las calles inclinadas

hacia el cielo

y un alcázar sin bufones ni reinas.

Es posible que aquí mis huesos

sean

desconocidos, es posible que

muera

soñando un país de dátiles

y un barco lapislázuli de navegantes

fenicios.