Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
Después de dos meses de confinamiento, los parques se convirtieron en escenarios para salir de la monotonía que ofrecían las paredes de las casas. En muchos casos, las personas no contaban con un jardín donde salir a tomar aire, o si tenían un patio, estos tal vez eran muy pequeños como los que existen en algunos apartamentos.
La mente y el cuerpo requieren de espacios abiertos para descansar. En el caso de la visión, mirar al horizonte ayuda a disminuir la fática visual dada por mantener la mirada en el computador, por ejemplo; la visión mantiene una relación muy fuerte con la mente en términos de dejar ver el entorno que rodea al ser humano y observar la cotidianidad desde una banca genera reflexiones que hacen que se mantenga activa la mente.
En un parque se activan todos los sentidos y esto genera placer en las personas que buscan sentir el aire que circunda por el rostro; las aves con su trinar acerca a las personas con la naturaleza de las otras especies que habitan la Tierra y eso ayuda a tener presente el valor de la vida; en fin, en el parque se reactiva la vida en medio de la cotidianidad y de la pandemia.