Escribe un libro

JORGE ELIÉCER ORTIZ FERNÁNDEZ

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Nada como dejar certificado el paso por la vida terrenal en la impronta de un libro, será la evidencia perenne que mostrará que fuiste una persona que tomo decisiones en la vida, por lo tanto, tuviste aciertos y desaciertos, que se reflejará en la crítica constructiva y destructiva de amigos y detractores, a los cuales les suministraste material de que hablar y también para la construcción de identidades y espejos para la formación de personas que también desean arriesgar en la vida y no ser protagonistas de segunda. Es a groso modo la síntesis del libro, al cual fui invitado a leer por parte de un gran amigo, El General de las Mil Batallas, donde el protagonista principal es el General Oscar Naranjo, quien toma la decisión, en 292 páginas, de contar vida y obra desarrollada en la Policía Nacional y otros escenarios de la vida política del país.




Leyendo el libro construido desde la entrevista dirigida por uno de los periodistas más connotados del país, el Señor Julio Sánchez Cristo, puede uno colegir, que no fue gratuito el ascenso vertiginoso que tuvo en la institución que viste a hombres y mujeres de verde oliva, para llevarlo a jugar un papel preponderante en las negociaciones de Paz de la Habana, donde tuvo que estrechar manos con quienes tuvo enfrentamientos propios de la cruenta guerra por la cual tuvo que atravesar el país por más de 50 años, por ello conocedor, como el que más de las consecuencias que genera el matarse entre colombianos, sin dudarlo acepto el reto de jugarle a la paz, gesto que millares de colombianos le reconocerán por siempre, de manera especial, por las familias que tienen hijos enrolados en el ejército y la policía y desde luego de quienes hicieron parte de las guerrillas colombianas.

Logrado el cometido en las negociaciones y ante la evidente confianza que le generaba el General Naranjo al alto gobierno del Señor Santos, sin dudarlo, lo invita a hacer parte de la estructura política del gobierno para que asuma las funciones de Vicepresidente. En síntesis, el General logro su cometido, le cumplió a su institución que amó y sigue amando, desde la policía dio mil batallas a todos los frentes delincuenciales, desde la más incipiente: ladrones callejeros, raponeros, hasta la más organizada: el cartel de Medellín, con Pablo Escobar a la cabeza, para luego continuar con el sofisticado cartel del Valle del Cauca, liderado por los Hermanos Rodríguez. Meterse con estos emporios del narcotráfico, le valió perder su tranquilidad y hasta poner en peligro su carrera en la policía, ya que sus logros, generaban admiración a un sector de la institución, así como a otros le generaba malestar y celos, sentimientos que llegaban hasta lo más alto de la jerarquía estatal del país, pero era tal el reconocimiento logrado por sus ejecutorias, que no era sujeto para darle de baja, pero si en ubicarlo en puestos de mando de departamentos donde había logrado estruendosos éxitos en la lucha contra el narcotráfico, siempre salió airoso en la tarea.

Válido entonces, que personalidades como el General Naranjo y esto va para otros colombianos, que le han cumplido al país, que no duden en dejar plasmadas sus ejecutorias, se lo deben al país y a quienes de alguna manera nos ocupamos de seguir la trayectoria de personalidades que se destacan por su trabajo, pero que la mezquindad de los contradictores se empeñan por opacar, sin duda, es material bibliográfico que sirve para enriquecer la historia del país y por ende servirá de material de consulta para los jóvenes que se levantan en un ambiente de incertidumbre y de espaldas a la historia, que de desconocerla, estaremos obligados a repetirla.