Jazmín Muñoz Yela
El abogado Mario Alberto Cajas Sarria es un payanés que ha dedicado parte de su vida a compartir su conocimiento como abogado a través de la docencia y el buen ejercicio de su profesión.
Cajas Sarria es hijo de caucanos, nacido y formado académicamente en Popayán, casado y padre de dos hijas; ellas junto a su esposa, su hermano, también abogado, y demás familia, lo acompañan en su aspiración de ser Magistrado de la Corte Constitucional.
Mario Alberto Cajas Sarria es Abogado de la Universidad del Cauca, especialista en Derecho de la Universidad Externado de Colombia, Magíster en Derecho de la Universidad Nacional de Colombia y Doctor en Derecho por la Universidad de los Andes. Él nos contó las motivaciones que lo llevaron a postularse.
Jazmín Muñoz Yela. ¿Cómo ha sido su trayectoria profesional?
Mario Alberto Cajas Sarria: Mi trayectoria profesional es principalmente académica. He sido docente universitario por veinte años: primero en la Facultad de Derecho de la Universidad del Cauca y luego en la Universidad Icesi. En Icesi he desarrollado gran parte de mi carrera académica, como profesor de tiempo completo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, director de la carrera de Derecho por cinco años y desde el 2012 soy jefe del Departamento de Estudios Jurídicos.
JMY: ¿Cuáles son sus áreas de interés?
MACS: Mis áreas de interés académico son el Derecho Constitucional, la historia del Derecho y el Derecho comparado.
JMY: ¿Cuáles son sus trabajos más destacados?
MACS: Soy autor de los dos tomos de la Historia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, 1886-1991, publicados por la Universidad de los Andes en el año 2015, la primera historia de ese tribunal que se escribe en el país. De igual modo, del libro El control judicial a la reforma constitucional, 1910-2017, así como de diversos artículos en revistas académicas y capítulos de libro en Colombia, Chile, España, México y el Reino Unido: principalmente sobre Derecho Constitucional e historia del Derecho. Uno de los trabajos recientes es el ensayo “Instituciones judiciales colombianas: luces, sombras y crisis bajo la Constitución de 1886”, que hace parte del libro: Colombia una nación hecha a pulso: 17 ensayos para repensar nuestro país, publicado por el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga bajo la edición de Iván Garzón (Ariel, 2019).
JMY: ¿Por qué aspira a ser magistrado para la Corte Constitucional?
MACS: Cuando uno ha dedicado su vida académica al estudio, la docencia y la investigación en Derecho Constitucional, ha convertido a la Constitución y también a la jurisprudencia constitucional, en un objeto de trabajo diario, aunque disfruto la vida académica, pienso que también hay un deber ciudadano de contribuir con la defensa de la Constitución, la garantía de los derechos de las personas y la vida en democracia. Llegar a una magistratura de la Corte Constitucional sería una gran oportunidad de participar en esa construcción, ya no solo desde las aulas y los textos académicos, sino desde las sentencias.
JMY: ¿Cuáles cree que son los principales aportes que puede hacer, si llega a quedar electo como magistrado?
MACS: En general, creo que el ejercicio de la judicatura en todos los niveles, exige idoneidad ética e idoneidad profesional, esto es, dominio del campo en el que se desempeña y, por supuesto, independencia. En el caso de la Corte Constitucional también es fundamental la lealtad con la Constitución. Creo que mi trayectoria reúne esos elementos, aclarando eso sí, que también es necesario estar dispuesto al aprendizaje continuo y a la deliberación, pues se trata de un órgano colegiado compuesto por diversas posturas y formaciones de altísimo valor.
JMY: De ser electo, ¿Cuál sería su papel y su aporte dentro de la Corte Constitucional?
MACS: La Corte Constitucional es un órgano con una trayectoria de más de dos décadas, cuya historia jurisprudencial debe honrarse. El plan de trabajo está ligado a los asuntos que deben resolverse, atendiendo a su mismo diseño institucional. Quien integre la corporación debe articularse al trabajo de la misma, teniendo siempre como norte la defensa de la integridad de la Constitución.
JMY: ¿Cuáles considera son fallas o falencias en la Corte Constitucional, en las que se podría trabajar para mejorar este importante órgano?
MACS: Al ser una institución humana, por supuesto que puede haber aspectos susceptibles de mejora. Creo que el trabajo de la Corte ha sido fundamental para el desarrollo de la Constitución, los derechos y el fortalecimiento de la democracia. Claro que se puede discrepar de algunas de sus decisiones, con mayor razón cuando se proviene de la academia, en donde solemos tener un lente crítico sobre la jurisprudencia constitucional, pero me parece que la mejor forma de contribuir con el tribunal, es con el estudio juicioso de los asuntos, el análisis de su jurisprudencia y con la deliberación que permita llegar a las mejores decisiones. Creo que eso es lo que los ciudadanos siempre esperamos de nuestros jueces y, con mayor razón, de la Corte Constitucional.
JMY: Como caucano, ¿Qué cree que se puede trabajar en la Corte Constitucional con mayor fuerza y que se vea retribuido en el departamento?
MACS: Una de los mayores logros de la Corte es haber desarrollado una jurisprudencia preocupada por la garantía de los derechos de la población más vulnerable del país y la materialización del Estado Social de Derecho que define la Constitución. Sin duda el avance en ese camino trazado por el tribunal es un modo de garantizar la vigencia de la Constitución no solo en el Cauca, sino en todo el país.
JMY: ¿Cuál es el punto de referencia para hacer un buen ejercicio como magistrado?
MACS: La trayectoria de la justicia constitucional colombiana es extensa y rica, e incluso antecede a la Corte Constitucional por casi un siglo. En ella hay muchos hitos de jueces que han contribuido a garantizar la Constitución y los derechos en distintos momentos, incluso en situaciones institucionales adversas. Esa trayectoria destaca la idoneidad ética, la formación profesional y la independencia judicial. Creo que esas son las virtudes y ejemplos.
JMY: ¿Por qué cree importante que un candidato a magistrado provenga de las regiones?
MACS: Como lo he expresado en otros escenarios, creo que es importante la participación de perfiles con distintos orígenes profesionales, pero también territoriales en las altas cortes, esto con mayor razón en la Corte Constitucional. La regla general es que, para ser elegido en una alta corte, hay que irse a Bogotá a hacer una trayectoria previa para aspirar. Así que, aunque sean oriundos de otros lugares del país, deben “bogotanizarse”. Incluso las cifras muestran la altísima proporción de magistrados egresados de universidades de la capital con relación al resto del país. De este modo, los perfiles que se encuentran por fuera de esa órbita son limitados.
Los magistrados de la Corte Constitucional son elegidos por el Senado para periodos de ocho años, quien salga electo de los 102 inscritos remplazará al jurista al nariñense Luis Guillermo Guerrero, por vencimiento de su periodo constitucional y por la pandemia esta elección se realizará mediada por las tecnologías de la comunicación y la información.