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    Encuentro pendiente con la historia…. Domingo Belisario al Panteón de los Próceres

    NELSON EDUARDO PAZ ANAYA

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    En una de las muchas visitas al sur del Cauca, en pleno corazón del Macizo Colombiano, más allá de los emblemáticos cerro de Lerma y el cerro de Bolívar, se encuentra el poblado de casas tradicionales, de esquinas, de calles curvas, de senderos empinados, de andenes con graditas desiguales, formando el caserío que hace dos siglos se llamaba El Trapiche.

    Fredy Zúñiga Dorado, antropólogo y escritor, es un seguidor continuo de la historia de estas tierras, conoce a todos los narradores de la región, y en sus escritos, pasan y pasan las familias, las estirpes, las generaciones, en torrente de tradiciones, valores y costumbres.

    A través de sus escritos y de los muchos de esta tierra, tuvimos la oportunidad de adentrarnos en la fascinante historia de esta población, el 12 de junio de 1.794, se celebró la Primera Misa, acto considerado como la fundación del Trapiche por el Presbítero Domingo Belisario Gómez.




    Dice en reciente reseña del Curato y Parroquia El Trapiche hoy Municipio de Bolívar, nuestro citado escritor, “Algo que no puede pasar inadvertido, es la participación del cura del Trapiche y su población en las guerras de independencia, que lo convierte en un prócer destacado, sus exhortaciones a los pueblos en favor de la independencia, los recursos en ganados y caballerías que suministra a las tropas republicanas; por todas sus acciones es perseguido por los españoles y denominado “Clero Insurgente”. Cuando se instala el Cuartel General de los Ejércitos Libertadores del Sur en el Trapiche, y cuando llega al Trapiche El Libertador Simón Bolívar el 22 de mayo de1.822, le solicita al cura Gómez, viajar a Pasto, pues era un fortín realista; la misión hacer firmar la capitulación de rendición y así evitar el exterminio de las tropas realistas por parte de la tropas patriotas. Logrado el objetivo el cura Gómez, con ello termina la guerra con los españoles, se consolida la independencia de Colombia, Ecuador, Bolivia, y Suramérica. El municipio de Bolívar por su importancia histórica a nivel nacional, en el 2022 celebra 200 años de la Campaña Libertadora del Sur (1.822-2.022), y el Congreso de la Republica de Colombia lo reconoce como “Cuartel General de los Ejércitos Libertadores en la Campaña del Sur de 1.822”. No en vano el fundador que falleció en 1851 fue el artífice del cambio de nombre de la municipalidad de El Trapiche por Bolívar en honor al Libertador (Ordenanza 135 del 21 de octubre de 1852). Resaltar que Bolívar es el primer pueblo de América Latina en ostentar el nombre del Libertador.

    Domingo Belisario, no solo fue Pastor de Almas, además de su actuación histórica al lado del Libertador, fue el impulsor de “la intelectualidad, de la educación, de la agricultura, ganadería, manufacturas, establece mercados y ferias los domingos, construye diversas vías de comunicación, dirige el urbanismo de los pueblos del Trapiche, San Juan, Jayo (hoy Los Milagros), Lerma, y San Lorenzo. En fin dice – Fredy Zúñiga – se lo distingue como un administrador, líder del progreso, y justicia social.

    Un acto de reconocimiento, no puede ser otro que el de traer parte de sus restos mortales al Panteón de los Próceres, como referente para la juventud, como vinculo de encuentro de todo el Cauca, estamos en el tiempo de la afirmación, reconstruyamos la historia para encontrarnos todos en el diseño del Cauca que queremos.




    Domingo Belisario Gómez, bien representa la espiritualidad religiosa, el sentimiento Cristiano comprometido con los pueblos de américa, el sentido de libertad y de patria que alimento la campaña libertadora, compartió la dimensión continental de Bolívar, y con él vislumbro las dificultades en la formación de la república, que aún hoy estorban y matan.

    Pero además, su actuación universal rescata la visión de la vida campesina, su filosofía desarrollada en la ruralidad de su sentir del mundo mágico del Macizo Colombiano, de los valles verdes del Guachicono, de los arenales del Patía, y de los abismos profundos del Guaitara, que religan la cosmovisión local de la época, lo proyectan al pedestal de la memoria, como forjador de territorios, por lo tanto, debe estar en el lugar de los notables de la Historia.