¿Empresario o emprendedor?

MARITZA ZABALA RODRÍGUEZ

@mazarito1

Asistimos a una eclosión del uso en diversos medios, redes y plataformas del término emprendedor, al punto que parece que repetimos, palabras y peor, no llamamos a las cosas por su nombre.

Hoy abundan, según estos usos, emprendedores, tantos, que ya es difícil identificar saber quién realmente lo es y quien no. Y muchos confunden a los empresarios con emprendedores. Y si bien es cierto que pueden tener algunos rasgos similares, hay diferencias reales que definen su rol y categoría en la economía que los necesita, pues ambos son parte del equilibrio de la misma.

Al buscar diferencias entre los dos términos, hay que hacer referencia al pasado, por lo que cada término se relaciona con una realidad diferente. Me explico, el emprendedor se embarca por primera vez en un proyecto; mientras que el empresario, puede tener años de experiencia frente a una o diferentes empresas, sin importar su magnitud.

Por esto y porque a veces agota escuchar muchas veces este término, de forma errónea en contextos de la nueva economía, es necesario hacer claridad al respecto. Es necesario dar un enfoque responsable del crecimiento económico y del cambio social que este jalona; además, en este gobierno contamos con un Viceministerio de Economía Digital que deberá tener regulación para esta figura que ya llego al país.

Un emprendedor en esencia es diferente, osado, creativo, transformador, con una visión de lo que quiere y de cómo hacerlo de forma diferente. Poco le importa serlo de tal forma que siempre va más allá, movido más por el temor a fracasar que por ganar reconocimientos o tener fama.

Tal vez el miedo que los posee y los mueve en sus travesías, es el de perder la oportunidad que cada uno de ellos ha identificado como única y entonces abandonar sus ambiciones o desaprovechar sus habilidades. De tal forma que van hacia adelante gracias a la disrupción creativa y se apoyan en el fracaso positivo para el siguiente empujón, tras el último intento fallido.

Los empresarios muchas veces, por la naturaleza de sus empresas o microempresas, no pueden diseñar un modelo de negocio, crear nuevos mercados o llegar a cotizar en la bolsa. Los propietarios de pequeñas y medianas empresas, en su mayoría construyen paso a paso, su negocio y buscan muchas veces, más allá de ganar o ser grandes, sólo sobrevivir.

Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el entorno y ecosistema en el que el emprendimiento puede vivir. Me refiero a los recursos invertidos, el capital semilla, la conectividad, la seguridad digital, las infraestructuras de incubadoras y aceleradoras que avalan a quienes tienen las super ideas.

Por todo esto, las etiquetas de emprendedor y empresario no son excluyentes: un empresario puede ser un emprendedor y viceversa, pese a lo cual es oportuno tener en cuenta las diferencias relacionadas.

Además, desde mi opinión, urge lograr un punto de equilibrio que se soporta en una percepción y una definición correcta. Imaginemos el daño que causaría que los empresarios se creyeran emprendedores sin serlo o viceversa. Tan sencillo como que no podemos ser aquello que no somos.