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    El trasfondo de las zonas de estacionamiento de taxi

    Fabrit Cruz

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    Redacción domingo

    En la imagen se evidencia la ocupación de la ‘zona amarilla’ de la carrera séptima entre calles sexta y séptima.

    La ‘Ciudad Blanca’ da pasos para convertirse en una urbe moderna y amigable con el medio ambiente. Después de que la Administración municipal estableciera las ciclo banda preferencia para la circulación de bicicletas y delimitara sobre las vías las franjas de paradero de los vehículos de transporte público colectivo, esta semana comenzó a operar las ‘zonas amarillas’, o áreas para el estacionamiento de taxis al servicio de los usuarios, en el sector histórico de la ciudad.

    La medida analizada en esta edición presenta algunas deficiencias que hacen parte del mecanismo de apropiación de la misma, al ser relativamente nueva. El Nuevo Liberal abordó a funcionarios, conductores y gerentes de taxi, expertos y ciudadanía en aras de saber qué se necesita para fortalecerla.

    La medida

    La ciudad cuenta actualmente con 972 taxis, controlados por ocho empresas prestadoras de ese servicio público individual. Para dar orden a la circulación de los mismos, la Secretaría de Tránsito y Transporte dispuso sobre las vías públicas del centro de la ciudad, cuatro zonas para su estacionamiento y operación del servicio.

    Roberto José Díaz López, Secretario de Tránsito y Transporte, indica que es una apuesta encaminada a ordenar el transporte público, delimitando áreas específicas para recoger pasajeros. “En estas zonas no se puede estacionar vehículos distintos a taxis. Nosotros vamos hacer una campaña ciudadana para que la gente la conozca”.

    Las vías que tendrán demarcadas estos espacios son: la Calle 4ª entre carreras 4ª y 5ª, sector de la iglesia de Santo Domingo; la Carrera 6ª entre calles 6ª y 7ª, sector del centro comercial ‘Anarkos’; la Carrera 7ª entre calles 6ª y 7ª, una cuadra antes de la Institución Educativa “San Agustín”;  y la Calle 4ª entre carreras 8ª y 9ª, área de la Registraduría.

    El funcionario de El Cambio afirma que estas cuatro zonas de estacionamiento de taxi fueron establecidas porque las vías son anchas, de modo que no va a afectar la circulación de vehículos.

    Para el arquitecto Francisco León Zúñiga Bolívar, líder de la oficina de Planeación municipal Zúñiga Bolívar es una buena medida porque permite que los taxis se estacionen allí para esperar al pasajero y, a la vez, propician un sistema de despacho donde los taxis que ingresan al centro en busca de pasajeros, lo hagan de forma ordenada para que vayan ocupando ese espacio. Así como funciona en la Terminal de Transportes.




    Los inconvenientes

    Al recorrer las ‘zonas amarillas’ se evidenció que los conductores de taxi de la ciudad aún no se apropian de esos espacios, lo cual permite que sean invadidas por vehículos particulares o motocicletas.

    Los taxistas se defienden. “Nosotros no hemos utilizado los espacios para evitar el choque, pues usted sabe que uno llega a decir algo y es para problemas”, expresa uno de ellos.

    Yenny Victoria Arboleda, vendedora ambulante, ubicada al frente de la calle de la Registraduría, es testigo de la invasión sobre la vía. Ella dice que esa zona siempre está ocupada por los carros particulares. “Aquí la muchacha de tránsito siempre despeja la vía pero los carros dan la vuelta y se estacionan de nuevo”, sostiene.

    Rodrigo Orozco, un vendedor de periódicos con más de 40 años de labores, ubicado en la calle de ‘Santo Domingo’, siente que deberían ponerle orden con guardas viales. ”Necesitamos que se aplique la regla o sino para que hacen una cosa de esas. Es evidente que hasta el momento no se cumple”, expresa.

    Pedir a los mismos taxistas que sean los que dinamicen esas zonas y eviten que sean invadidas, tiene sus ventajas y deficiencias. En primera instancia, permitiría la apropiación de los lugares, sin embargo, muchos no lo hacen y prefieren  “‘comer callado’” para no meterse en problemas, a la hora de suplir una responsabilidad que es de las autoridades competentes.

    Por eso, el gremio de taxistas pide acompañamiento de la Policía de Tránsito y personal de la misma secretaría para hacer el control respectivo. Aunque el secretario Díaz fue claro en indicar que no se puede tener un uniformado en cada esquina. De allí que hayan acordado con los mismos gerentes de cada empresa, que los mismos conductores iban a controlar las ‘zonas amarillas’.

    Esta medida se viene considerando desde mediados del año anterior pero desafortunadamente falta un poco de autoridad para que haya compromiso. Si han recorrido los paraderos se han estacionado vendedores ambulantes en las zonas y en la calle del frente, vehículos de servicio particular”, señala Óscar Gerardo Ramos, gerente de la empresa Servi – Taxi.

    El secretario de Tránsito y Transporte es consciente de las dificultades. Sabe que la medida está funcionando no de la forma en que quisieran. Así que piensa impartir la autoridad e intensificar los operativos en las vías. Se conoce que en abril llegan dos grúas que se suman a las tres que tiene actualmente el municipio para hacer cumplir las reglas.

    ¿Peatones o vehículos?

    Cuando se trata de temas relacionados con movilidad, la ciudadanía, por lo general, solicita que haya más vías o se amplíen las existentes para solucionar la congestión vehicular. Sin embargo, hay medidas como la que está en debate, que permiten optimizar el espacio público no para los vehículos sino para los peatones.

    Germán Camilo Chamorro Gómez, arquitecto nariñense (radicado en Popayán) ha tenido la posibilidad de vivir en ciudades europeas. Él dice que allá, son los habitantes los encargados de acoger este tipo de iniciativas y en muchas ocasiones, ellos mismos hacen respetar las zonas.

    Por su lado, el arquitecto Óscar David Ibarra Flórez, egresado de la Universidad del Cauca,  y encargado de temas de movilidad y espacio urbano, en el Centro de Estudios Urbanos de la Institución universitaria, Colegio Mayor del Cauca, también se refirió a la medida.

    Hay dueños de locales en el centro que dejan su vehículo estacionado sobre la vía y aquellas personas que van hacer una vuelta de 10 o 15 minutos no tienen dónde dejar el carro y  comienzan a girar para buscar espacios alrededor y todo eso genera congestión vehicular”. Para él, la iniciativa evita ese fenómeno.

    Es similar la lectura del arquitecto Francisco León Zúñiga Bolívar, quien ha vivido varios años en Barcelona, una de las ciudades más adelantadas en la materia. Esta propuesta, dice, evitaría también que los taxistas estén dando vueltas por el sector histórico, en busca de pasajeros.

    El arquitecto Ibarra Flórez señala otro punto de vista. Habla de ahorro en temas de combustible, de caucho de llantas y de aceite y la protección del mismo vehículo. Y a largo plazo, evita emisiones de CO2.  “Son iniciativas quizá de bajo costo pero que pueden tener gran impacto y permite ver esos cambios”, resalta.

    Al cierre, los tres coinciden que también baja los niveles de estrés, pues el tráfico en horas pico, tiende a complejizar la circulación de vehículos. Aunque la estrategia de las ‘zonas amarillas’ apenas completa la primera semana en operación, se va a requerir compromiso de todos sectores para que cumpla la finalidad. Al fin de cuentas, todos somos responsables de lo que sucede en la vía.