“El realismo dialéctico en la historia – La Crisis del Marxismo como Interpretación de la Historia” (Ensayo de Antonio García Nossa) (II)

FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO

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Subraya el Profesor García tres rasgos relevantes de la filosofía dialéctica en la comprensión de la historia: i) La historia se desarrolla en forma de proceso, está condicionada por las leyes de la causalidad y, en consecuencia, no ha surgido espontánea ni definitivamente.

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  1. ii) La historia debe estudiarse desde perspectivas múltiples, complementarias, rechazando un ángulo de enfoque único, dominante y excluyente; su conformación obedece a diversos factores que se interactúan, interrelacionan y condicionan recíprocamente, obligando al investigador a integrarlos para su correcta interpretación.

iii) La historia tiene un sentido que se origina en sí misma, opuesto a quienes se lo niegan o le atribuyen un significado metafísico. Sobre la “personalidad de las épocas históricas” y el papel del individuo en las mismas, comenta: “la dialéctica ha enderezado la investigación hacia el contenido… Apenas comenzamos a descubrir la personalidad, el espíritu de las épocas, no sólo sus maneras sino su estilo…La vida no se aprisiona fácilmente en categorías, ni la historia podrá comprenderse de veras -como proceso, como enseñanza, como experiencia humana- sino en la medida en que conozcamos sus formas, su proceso, su contenido, su espíritu”. Posteriormente afirma: “La vida es más rica que los esquemas”, acentuando el carácter dialéctico-realista de su pensamiento.

En lo concerniente al proceso de las interpretaciones dialécticas de la historia, García critica el absolutismo del materialismo histórico por cuanto persiste en el peso determinante que le confiere a la estructura económica sobre los demás factores supraestructurales, señalando: “Dialécticamente, todo sistema de ideas es un efecto y una causa: como efecto, se relaciona con un tipo de sociedad -con una dinámica, unos problemas, unas exigencias, un estilo- y con un sistema o unas corrientes de ideas; como causa se relaciona con los movimientos que determina en la historia, operando sobre ella -más o menos enérgicamente a través de los múltiples canales de la acción política, religiosa, moral, estética o de cualquier otro orden”.

García expone que la limitación antidialéctica y absolutista del sistema hegeliano radica en ser un modelo hermético que fusiona su propio método con los resultados de su aplicación histórica convirtiéndolo, al decir de Engels, en “un sistema universal cerrado, definitivamente plasmado, en que pretenda cifrase la ciencia de la naturaleza y la historia, es incompatible con las leyes fundamentales de la dialéctica”. Dice, además, que tal deficiencia substancial del método hegeliano es aplicable a Marx, por cuanto somete inexorablementea la historia a un enfoque unidimensional, al del predominio de la estructura económica, en última instancia, sobre los demás factores de la vida social, deviniendo lo antedicho en “la deformación escolástica del marxismo ha consistido en que le ha dado a la dialéctica el carácter de un sistema dogmático de pensamiento”.

Del mismo modo, diserta sobre la formulación absolutista del Materialismo Histórico y la atenuación de la misma hecha por Engels, Lenin y Plejanov, partiendo de la base de que tal concepción exige el reconocimiento a priori de la Causa Causarum de la estructura económica, en los términos utilizados por Marx en su libro Contribución a la Crítica de la Economía Política: “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual. No es la conciencia del hombre la que determina el ser, sino, por el contrario, el ser social el que determina su conciencia”. Sobre el punto acota García que “el materialismo conlleva una completa subestimación de lo que es la influencia o acción reciproca de los factores constitutivos de la vida histórica y una absoluta sobrestimación del factor económico situándolo en la condición sempiterna de motor de la historia”. En referencia al carácter plurilateral de la dialéctica, manifestó Lenin que ésta es un “…conocimiento vital, multilateral, de innumerables matices en el modo de abordar, de aproximarse a la realidad”.