Redacción Fin de Semana
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“La naturaleza también ha sido víctima del conflicto armado, en una doble condición: el botín de guerra y el escenario en donde aparece la guerra. Si se pudiera reconocer a la naturaleza como un sujeto de derechos, la naturaleza sería una víctima de la guerra y en ese sentido, tendría que generarse una reparación y restauración de sus derechos”, manifestó Diego Martínez de la fundación Agua Viva Colombia.
Las zonas de conflicto albergaron durante muchos años parte del patrimonio natural del país. En varios territorios del Cauca, que estuvieron ocupados por los grupos insurgentes, la disputa por extraer la renta de la explotación de las riquezas naturales a través de negocios legales e ilegales generó un daño irreparable en algunos ecosistemas, mientras que otros quedaron indirectamente al margen de proyectos de desarrollo que prolongaron su conservación.
Las zonas dónde el conflicto ha sido más intenso, con frecuencia, coinciden con los territorios de mayor riqueza en recursos naturales, la subregión del Macizo Caucano, parte del llamado Nudo de Almaguer, es la estrella hídrica más importante de Colombia, durante décadas le ofreció a los grupos armados condiciones geoestratégicas favorables para su movilización y tráfico de drogas ilícitas por medio del acceso y comunicación que brinda el nudo orográfico y la vía Panamericana, con los departamentos de Caquetá, Putumayo, Huila, Nariño y la Costa Pacífica.
El Páramo de las Papas en el macizo Colombiano albergaba a grupos ilegales y era reconocido por los continuos enfrentamientos. La guerrilla de las Farc se hizo fuerte en esta zona durante los años 60s y 70s junto con el ELN, el M-19 y el Quentin Lame y eran pocos los aventureros que se decidían por visitar el Páramo donde nace Yuma, como llamaban los indios al Magdalena.
Sin embargo, tras la firma del proceso de paz, el medio ambiente es una de esas víctimas a la espera de respuestas. Sin la presencia los actores armados, que han tenido injerencia directa e indirecta en la regulación del manejo de los recursos naturales se espera que el gobierno recupere la soberanía territorial e impida que otros grupos armados o delincuencia común vuelvan a ejercer el control sobre dichas zonas.
En el punto número uno del acuerdo de paz “hacia un nuevo campo colombiano: Reforma rural integral” se hace referencia la biodiversidad e incluye lineamientos generales para el uso de la tierra, dentro de los que se tendrá en cuenta la conservación de los recursos hídricos y la biodiversidad.
En la Laguna de la Magdalena ubicada en ubicada el Páramo de las Papas del Macizo Colombiano nace el Río Magdalena, la más importante vía fluvial de Colombia que atraviesa el territorio colombiano de sur a norte desembocando en el Mar Caribe en Bocas de Ceniza.
Es el río interandino más largo Suramérica. Arroja al mar 8000 m3/seg. Su cuenca tiene una superficie de 256.622 km². Recibe las aguas de unos 500 afluentes y más de 5.000 arroyos y quebradas.
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