El inemuri en Popayán

JORGE ALONSO RUIZ MORALES

@kemistrye

Ayer un amigo me compartió un término japonés, una palabra bastante vanguardista e interesante: Inemuri. Es el hecho de quedarse dormido en público, en cualquier parte, en una reunión. No tiene una traducción al español diferente a la que les acabo de decir. Lo curioso es que allá quedarse dormido, realizar el Inemuri, es muy bien visto, porque implica de alguna manera que estás cansado porque estuviste realizando mil actividades y has sido bastante productivo. Yo me uno al Inemuri, soy fiel practicante y si el Inemuri fuera una religión, yo sería el deán.




Me ha pasado varias veces que luego de almorzar quedo sumido en un absurdo, inefable, benevolente y absorbente sueño que no puedo evitar y al que debo cederle mi voluntad. Algo más curioso es que es muy efímero, creería yo que son unos 20 segundos, no sé, pero luego de este lapso el placer es infinito. Me siento en las nubes. Lo gracioso es que debido a que aquí en Colombia el Inemuri no es muy bien visto, debo poner los codos de manera firme, llevarme los dos brazos a la cabeza y sostenerla como si estuviera leyendo un libro. Posteriormente pongo el libro abierto, me inclino como si lo estuviera leyendo y cierro los ojos. Me siento como Ziggy Stardust. No falla, es la vieja confiable, como en los memes. Luego quedo restablecido y es delicioso. También una vez fui actor, víctima y victimario del Inemuri en un bus de esos gigantes rojos de ciudades grandes, pero lo más curioso es que lo hice estando de pie. Me quedé dormido de pie, como los caballos (eso dicen las malas y las buenas lenguas). Gracias a Dios, las rodillas respondieron y no me hicieron quedar mal.

No falta tampoco el clásico: el muchachón que sucumbe al Inemuri y le pintan cejas de mentiras, una palabra grosera en la frente o algo así. Pobres muchachones, víctimas del Inemuri y de los recoceros en las oficinas y en las universidades. Del barullo.

Ayer estuve en mi Popayán dando mi conferencia de La Vida en Finanzas en la Universidad Autónoma. La vida en Finanzas went to Popayán. Espero que nadie haya sucumbido al Inemuri, mucho menos yo, o que por lo menos lo hayan disimulado (como yo). En la charla hablé de varias cosas, luego a quien esté interesado le puedo enviar la presentación. Compartir conocimiento es la delicia y haber estado en Popayán aún más. Es devolver las cosas, es agradecerles mi educación con más educación.

Es la eterna rueda virtuosa del conocimiento y del cariño hacia mi ciudad.