Editorial: Sobre vigilias y humanización de animales

Varios de los colectivos animalistas de la ciudad convocaron a una vigilia con la que según sus palabras, les rindieron homenaje a los caballos que han muerto en el último mes en Popayán, víctimas del maltrato animal y la indiferencia humana. El evento se cumplió en la noche de este miercoles y por el cierre de nuestra edición, no pudimos comprobar si hubo una buena participación de activistas y ciudadanos.

Pero más allá de si la gente acogió o no este llamado, para nosotros es algo exagerado el uso de la expresión vigilia, la cual tiene una connotación de tipo religioso o también enfocada a brindar el espaldarazo a una causa donde el ser humano sea el protagonista central.

Con lo anterior, no queremos decir que las causas que se planifiquen en favor de los animales sean consideradas erróneas o malas. Al contrario, para nosotros es valioso el trabajo que adelantan muchos de los colectivos que propenden por el bienestar de los animales en estado de vulnerabilidad. Sin embargo, hablamos más bien, de una labor social de protección y de vigilancia hacia las políticas públicas dirigidas a los animales.

Ahora, tampoco queremos generar prejuicios sobre las convocatorias que de tanto en tanto se hacen para la protección animal. En tal sentido creemos que es muy sano y provechoso para la causa, el llamar a jornadas de adopción, la de eventos para recolectar recursos que puedan destinarse hacia el bienestar de animales desamparados o la de unirse para que el sector gubernamental cumpla con la normatividad dirigida a ese sector. Así las cosas, consideramos un acierto el que el gremio animalista se hubiera integrado para presiona a la administración en torno a la gestión de un albergue limpio y adecuado para animales callejeros con atención diversa para aquellos que lo necesitaban. Esa es una lucha que se sigue dando y de la que vamos a estar vigilantes hasta que se logre la instauración de un coso con todas las de la ley. O ponderamos el hermoso trabajo artístico en favor con mucho colorido de los animales, que engalanó las paredes de los parqueaderos de tránsito municipal en la carrera 6A.

Nuestra crítica se enfoca entonces, hacia la realización de eventos con los que se intenta humanizar a los animales, situación que según los expertos, responde a un antropomorfismo (es decir, ubicar condiciones humanas donde no las hay).

Entendemos que la llamada vigilia intentaba llamar la atención sobre la suerte de muchos equinos abandonados y maltratados, algo en lo que estamos de acuerdo, pero, porqué darles un valor tan humano a dicha convocatoria con el término vigilia en homenaje a algunos que infortunadamente murieron en diversas circunstancias. Todo ese tipo de esfuerzos podrían dirigirse mejor hacia la organización de un plantón que podría estar acompañado con una recolecta de recursos o elementos dirigidos a la atención veterinaria de los caballos callejeros y de los que ya están en el albergue contratado por la Secretaría de Salud.

De igual forma en conjunto con los entes gubernamentales responsables, podría pensarse en la ejecución de campañas de sensibilización con los llamados carretilleros, propietarios de muchos equinos que terminan sus vidas deambulando por las calles luego que ya pierden la fuerza con la que apoyaban el rebusque de sus amos. En eventos de este tipo por ejemplo, cabría la capacitación sobre alimentación adecuada de los caballitos, la forma de bañarlos, de conocer si están sufriendo algún tipo de molestia o sobre la forma de aplicar un herraje sano para el animal, etc. Así, mediante iniciativas de este tipo, se protegería mucho mejor a los caballitos que actualmente son usados como herramienta de trabajo.