Editorial: ¿Revocatoria o afán político?

Los procesos de revocatoria de mandato, por estos días, son tema de agenda nacional en Colombia. Popayán entró en esa onda y avanza, un comité conformado para tal fin, en la estructuración de uno de ellos contra el alcalde César Cristian Gómez Castro, el cual viene ganando fuerza de a poco, gracias a la viralidad de las redes sociales, un escenario desde el cual se vienen cimentando las posibilidades de apoyo popular que buscan darle vida y aprobación del proceso por parte del Consejo Nacional Electoral.

Mientras tanto, el eje mediático relacionado con este tema pasa por Bogotá, donde ha surgido un gran movimiento ciudadano que exige la salida del alcalde Enrique Peñalosa, y que hoy tiene a la capital del país en medio de un difícil panorama político. El descontento de los bogotanos concierne a los desaciertos mostrados por el mandatario en temas cruciales para la capital, como el colapso del sistema masivo de transporte, los nulos avances del tema del metro, y su deseo de urbanizar la histórica Reserva Van Der Hammen. Eso sumado a un montón de diferencias políticas, y eventos coyunturales que han afectado la imagen de Peñalosa.

Al igual que en Bogotá, y apenas comenzando, en Popayán actualmente surge un proceso que intenta llegar a la recolección de firmas. Los argumentos del comité promotor, encabezado por un excontratista de la administración municipal, pasan por una supuesta falta de gestión en temas como movilidad, seguridad, espacio público, tarifas excesivas en el servicio de aseo, mototaxismo, endeudamiento público, al igual que en proyectos del plan de gobierno, de los que aseguran, no se han ejecutado, incluyendo, para ellos, millonarios recursos públicos provenientes de la vigencia 2016.




Lo curioso aquí, es que el surgimiento de esta iniciativa que viene rodando, pareciera tener origen en una pelea entre “viejos amigos”, quienes se incomodaron con el actual mandatario, al no darles juego en su alcaldía, es decir: contratos. Por ello, desde el mismo momento en que se puso en marcha la iniciativa de revocatoria, quienes la están liderando vienen haciendo grandes esfuerzos para cambiar esa percepción que, para ser francos, no respalda mucho su presumible intención de favorecer a toda la ciudad.

Retomando el ámbito nacional, tenemos que decir que actualmente hay 102 procesos de revocatoria en Colombia, aunque quizás ninguno tan importante para el Consejo Nacional Electoral, como el caso de Bogotá, en donde pareciera que su misión es torpedear la revocatoria y favorecer a Peñalosa. La burocracia en el CNE, controlada por Cambio Radical, los Conservadores, y partidos afines al alcalde de los bogotanos, endurecería los requisitos, no solo para la revocatoria en la capital de la República, sino para todas en el país, y a pesar de que la intención surgió de la coyuntura de ‘ayudarle’ a Peñalosa, sería algo válido y oportuno pensando en la desaforada intención de revocar alcaldes, a pesar de que en muchos casos no existan los motivos suficientes.

El CNE debe garantizar que aquella figura constitucional se centre en el incumplimiento de los planes de desarrollo propuestos, y que no se convierta en la herramienta de los oportunistas y/o resentidos políticos, ni de los comités promotores de candidatos y mucho menos de exacerbados sentimientos revanchistas, fantasmas que infortunadamente, en nuestros días, se ciernen en cualquier proceso que tenga relación con la administración pública.