Editorial: Adopción de mascotas, buen comienzo

LOGOCon beneplácito recibimos los resultados de la jornada de adopción de mascotas realizada el pasado domingo en el parque de la Salud, tendiente, paralelamente, a concientizar a la ciudadanía sobre el cuidado de los animales que conviven con ellos y a cambiar la cultura de comprar mascotas y darle una oportunidad a los animales de la calle.

Según la Alcaldía, 50 gatos y 34 perros fueron adoptados durante el evento, al que se le denominó ‘No compres, adopta un criollo’ y que lideró la Fundación Voluntarios Animalistas de Popayán con el apoyo de la Alcaldía de Popayán a través de su Secretaría de Salud Municipal.

Diana Marcela Santacruz, miembro de la Fundación Voluntarios Animalistas de Popayán, manifestó que este tipo de actividades buscan que la ciudadanía en general tome mayor conciencia de lo que es cuidar y proteger a los animales, además de que aprendan a esterilizarlos.

Este tipo de actividades merece un reconocimiento y esperamos que se hagan otras más en otras zonas de la ciudad para que las oportunidades de participar en ellas sean para toda la ciudad.

Igualmente, creemos que hay que ampliar los propósitos de ayudar a los animales callejeros. Así pues, sería pertinente pensar en jornadas de esterilización de animales callejeros e incluso, de mascotas de ciudadanos en zonas de la ciudad periféricas donde las economías familiares no dan abasto para agendar esa necesidad del perro o el gato de familia.

Es plausible que se sigan reconociendo los derechos de los animales, por lo menos, a una vida digna. No es una lucha de unos cuantos animalistas, es, en cambio, una controversia que se ha robustecido con varios fallos tanto del Consejo de Estado como de la Corte Constitucional que han señalado la importancia de reconocer a los animales como seres vivos y no como cosas.

Pero, por eso mismo, actividades a favor de los animales callejeros como la del domingo anterior no son suficientes. Sea la oportunidad, entonces, para hacer un llamado de atención a la ciudadanía. No hay que descuidar a las mascotas ni desentenderse de ellas bajo la excusa de que el Estado está ahí para atenderlas. Hay que decirlo con firmeza: muchos de esos animales que deambulan por la ciudad, desprotegidos, fueron en su momento mascotas en un hogar. Y aunque no hay que generalizar, muchas de estas mascotas terminaron en la calle porque, de repente, dejaron de ser valoradas por sus dueños. Porque crecieron, porque se volvieron molestas para sus familias, por lo que sea.

Ya se ha dicho en reiteradas ocasiones: se puede medir el progreso de una sociedad basado en la forma en la que trata a los animales y, sobre todo, a aquellos bajo su cuidado directo. Que se deje de ver a los animales como cosas y se los empiece a ver como seres vivos, ya es un avance.