Dos culturas, dos saberes, unidos en favor de la comunidad

Rodrigo Bermudez, un administrador en servicios de salud hace trabajo social a partir del conocimiento ancestral en Paniquitá.

Por Laurentino Tello Narváez

Rodrigo Bermúdez Ospino viene trabajando con la comunidad de Paniquitá desde
que gerenciaba la ESE Popayán, siempre con el apoyo de la lideresa Mayer Sánchez.

En Paniquitá, un resguardo indígena jurisdicción del municipio de Totoró, el saber ancestral se entrelaza con el saber occidental de una forma proactiva con la finalidad de construir comunidad, generar convivencia y sobre todo, para acercar la cosmovisión de culturas dejando a un lado el concepto de imposición de la una sobre la otra.

Esta es una tarea que, pese a que viene desarrollándose hace menos de cinco años, ya muestra resultados satisfactorios en especial en el campo educativo y en el de salud. En ellos, ya se conjugan las experiencias de los mayores, los estudiantes, los docentes, el médico tradicional, la partera, la pulsadora y los promotores de salud, y comunidad en general, en busca de impulsar desarrollo, ampliar credibilidad y sobre todo motivar constante y productivo intercambio de conocimientos.

Este proyecto comenzó durante la administración de Rodrigo Bermúdez Ospino en la ESE Popayán. Durante este periodo, el odontólogo y magister en administración en servicio de salud se propuso acercar la entidad que dirigía hasta la comunidad. “Al comienzo hubo mucha renuencia de los líderes de esta localidad porque poco creen en las instituciones. Tocó que hacer un trabajo de mucho diálogo, caminar la palabra con ellos para que nos dejaran entrar a proponerles el proyecto y luego a que nos dejaran ejecutarlo”.

Oriundo de Montería, Córdoba, este profesional de la salud cuenta con una vasta formación académica como odontólogo, rehabilitador oral, administrador en salud, administrador en calidad total, especialista en gerontología, magíster en administración en los servicios de salud, abogado y actualmente candidato a doctor en Bioética.

Esta es la capilla de Paniquitá y el parque central del pueblo.

Un banco de plantas medicinales es uno de los proyectos que impulsa Rodrigo Bermúdez Ospino en cooperación de los estudiantes
de la Institución Agripecuaria Manuel José Mosquera, de Paniquitá. Fotos Dairo Ortega – El Nuevo Liberal.

En la gráfica tres mayores conocedores de saberes en Paniquitá: Ines Hoyos, Pulsadora; Irma Guachetá, partera y Ramón Rojas,
médico tradicional; con ellos, la medicina tradicional y la occidental vienen trabajando en favor de las comunidades.

Desde los primeros días de su propósito, Bermúdez Ospino contó con el respaldo de lideresas como Mayer Sánchez Velasco, una promotora de salud paniquiteña que se convirtió en un puente hacia otros bastiones de la comunidad. Se comenzó entonces a trabajar en la reconstrucción del centro de salud de la localidad, no solo en la parte locativa sino también en todo lo que tiene relación con infraestructura en servicios prestados.

El desarrollo de ese primer proyecto acercó a la ESE Popayán a la comunidad, pero seguía habiendo una separación entre los saberes de occidente y los ancestrales que afectaba la eficaz prestación de los servicio de salud en especial en veredas alejadas a la cabecera del resguardo.

Para cerrar esa brecha, según comenta Bermúdez Ospino, se propició el acercamiento con los mayores y con quienes ejercían los roles de gran importancia en el bienestar de la salubridad tradicional comunitaria. Ese fue para él, un paso de mucha riqueza para su conocimiento, toda vez que se abrió al aprendizaje de las plantas en relación a su poder.

“Estudiando con el médico tradicional, al partera, la pulsadora, me di cuenta que nuestro saber occidental no era la última palabra; era cuestión de abrir nuestra mente y darnos cuenta que estas comunidades vienen confiando sus vidas en ellos desde muchos años antes que los españoles llegaran a estas tierras”.

Esta integración de saberes contó con el respaldo de la emisora comunitaria Juventud Estéreo, la misma a la que la ESE Popayán con sus programas de responsabilidad social le aportó en la modernización de equipos. Desde esa tribuna comunicativa, el odontólogo monteriano residenciado hace más de 50 años en Popayán, apoyado por los responsables del conocimiento ancestral, creó un programa radial en el campo de la salud con el que pudo llevar esa amalgama de conocimientos hacia todos los rincones de Paniquitá.

“… es mi gente, un resguardo al que le hemos entregado mucho, entre julio y agosto seremos ponentes en el Congreso Mundial de Salud Pública con programas que implementamos en esta zona, como el banco de plantas medicinales y la consecución de recursos para la comunidad”, Rodrigo Bermúdez Ospino.
Irma Guachetá, la partera del pueblo, asegura que los dos saberes aún tienen mucho que aprender uno del otro. Y lo dice basado en los más de 50 años que tiene ejerciendo dicha responsabilidad. En ese sentido, recuerda que las promotoras de salud durante muchos años ni siquiera la tenía en cuenta “aunque sea para preguntarme por las mujeres que estaba en embarazo que siempre han confiado más de nuestro saber que en la medicina occidental”.

La mayor Irma asegura que en los últimos años, el constante diálogo que se ha propiciado entre ellos con enfermeras, promotores y médicos, ha disminuido ostensiblemente las muertes perinatales, todo gracias a la integración de los dos conocimientos.

“Una futura madre aquí en Paniquitá siempre me va a consultar para tratamientos con plantas de las que conocemos sus poderes curativos, pero igual siempre vamos a compartir lo que sabemos de ella con el médico occidental a quien le ayudamos a decidir si la madre al momento de su parto pueda ser atendida por mí o por el equipo médico ya sea en el centro de salud o en otro que se recomiende según se determine”, apunta la respetada mujer indígena.

Proyectos con el colegio

De esta forma, un proyecto llevó a otro. Gracias al conocimiento que había recibido sobre plantas tradicionales, el profesional se propuso crear una huerta para sembrarlas con el objetivo (en el que todavía avanza) de crear un banco de plantas medicinales. Así nació su relación con la educación en la localidad, en especial con la Institución Educativa Agropecuaria Manuel José Mosquera, donde cumplió el propósito. Fue en la finca El Recuerdo, la misma en la que los estudiantes adelantan sus prácticas diarias.

A partir de dicho acercamiento, la ESE Popayán también gestionó otros tantos proyectos para mejorar el proceso educativo de los estudiantes. Semillas, corderos, cosecha de peces, animales de granja y otras iniciativas con las que esta y otras instituciones se aprovecharon, no solo a nivel educativo sino también para el ingreso de recursos propios.

Sobre el particular, Ana Judith Mora, rectora de la institución educativa, asegura que el desarrollo de los proyectos en pecuaria y en agrícolas, le han dado la mano a las finanzas del colegio, incluso con la posibilidad de reinversión para crecer.

Recalca que las recientes actividades con siembra de truchas arcoíris, carpa roja y tilapia, han proporcionado no solo apoyo económico sino también educativo para el conocimiento de los estudiantes.

“Aparte de lo anterior, nos hemos ganado la confianza del resguardo y de la alcaldía y ahora estamos a la espera de la entrega de recursos de su parte para el mejoramiento de nuestra finca”, repunta la directiva docente.

Ya encaminado en el proceso de integrar dos culturas, Bermúdez Ospino gestionó otros proyectos enfocados hacia el bienestar de la comunidad. Todos ellos con seguimiento especial permanente, incluso ahora cuando ya no está al frente de la ESE Popayán, cargo que abandonó hace menos de un año. Así, cada miércoles sin falta, visita la localidad, en principio para cumplir con el programa radial del que recibe constante de la lideresa Mayer Sánchez e igualmente para impulsar las muchas otras iniciativas sociales con la que se ha ganado a pulso la confianza de toda la comunidad paniquiteña.