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¡A mi amada ciudad!
Por: Alvaro Grijalba Gómez
(Payanés, Abogado, Escritor)
De blancas y puras paredes, mi amada, muy Noble e Hidalga Ciudad, coronada de erguidos campanarios de sonidos que ordenan el tiempo, de historia y perfiles de vientos, sigues inmutable en tu paisaje de dioses, de verdes valles, ondulantes aguas, recios robledales, colinas, montañas y encumbrados volcanes de nieves en deshielo.
Amadísima Ciudad de amplias calles y balcones de geranios florecidos, tapizadas en tenue luz de nocturnales faroles encendidos, de pasos, alcayatas, capirotes y alpargatas, inciensos de bellas sahumadoras, yacentes Cristos y angustiadas Dolorosas, caminemos juntos al rescate de tu imagen hacia el tiempo inmemorial de tu existencia.
No soy de aquí
Por: Miguel Ángel Rivera G
Yo no soy de por aquí,
pues en Bolívar nací
y luego en Pasto viví.
Hoy saludo al Popayán
de doña Chepa y pipián,
al de La Pamba y Belén,
dándome cuenta también
que si algo escribo o converso,
todo me resulta en verso.
Posdata: Dicen las malas lenguas que en Popayán , el que no es poeta, es un hijo de poeta.
Popayán enamora
Por: Gerardo Salazar Salazar
Con caos vehicular, huecos, obras en acción, colas en EPS, bancos, empresas de servicios, vendedores formales e informales, desempleo, sobrevivientes en los semáforos nacionales y extranjeros, propietarios, arrendatarios, invasores, en un territorio que nos convoca “la ciudad histórica y la moderna”: religión, gastronomía, universitarios.
Emergente de colonias que llegaron a fortalecerla, mutarla, transformarla luego del terremoto de 1983 y los desplazados que encuentran refugio en la pluriétnica y pluricultural que exigen nuevos planes para desarrollarla y revitalizarla: raizales y venideros y una nueva generación autóctona en la ciudad que enamora a pesar de las vicisitudes de la hora.
Homenaje a nuestra tierra natal
Por: Antonio Hernández Vélez (Educador, poeta)
Rendimos tributo a la ciudad por permitirnos estar protegidos bajo sus alas de águila bicéfala, que une la razón y el corazón, y expreso nuestro agradecimiento a los educadores que desde José Félix Restrepo orientaron el despertar de una progenie encaminada al desarrollo de una conciencia de hondos arraigos sociales, culturales y espirituales.
Esta celebración de los 482 años de fundada Popayán augura el esplendor de la raza caucana, que ha sabido responder al llamado de la historia. Popayán posee la magia y ha sabido esperar el regreso del caminante.
¡Conocer Popayán y después morir…!
Por: José Dueñas (Periodista)
En siglos esta comarca es considera un lugar mágico de sueños heroicos, un pedacito de cielo caído sobre la tierra, tal como decían nuestros antepasados.
Eternos caminantes marcharon por sus fragantes calles Coloniales, más la leyenda narra que incluso el espíritu de Don Quijote habita en esta comarca de utopías y ensoñaciones.
Su Semana Santa tradición eterna e incesante, convertida en revelación solemne, mística, tanto así, que la luna llena acude con simultaneidad divina a alumbrar cada Viernes Santo.
¡Popayán es ese paraje donde el tiempo huye lentamente transportando la eternidad, convirtiéndote en prisionero de este fragmento de cielo… conoce Popayán!
Popayán vista desde la capital
Por: Clara Inés Chaves Romero (Exdiplomática)
Cuando en Bogotá se oye hablar de Popayán, se piensa en La Ciudad Blanca, la Jerusalén de América, La Ciudad Culta, La ciudad Universitaria, La Ciudad Gastronómica de Colombia, el sabio Caldas, Mosquera, y en el símbolo de dos patrimonios orales inmateriales de la humanidad, como son: las procesiones de la Semana Santa y su gran tradición gastronómica.
El departamento del Cauca y Popayán su capital, fue una de las regiones del país que más sufrió el conflicto armado; por ello, es a su vez, la región más beneficiada con el acuerdo de paz, el cual aceleró el turismo, permitiendo disfrutar de su impetuosa geografía, y caracterizándose por ser el símbolo de la paz.
Popayán
Por: Lucy Amparo Bastidas Passos
(Arquitecta paisajista)
Que sea universitaria dicen unos, ciudad libro, otros, gastronómica, religiosa, turística y más…se dice. Más todo junto lo es ya, casi camaleónica, sin olvidar que en Colombia se identifica por su Centro Histórico. Más su paisaje urbano con su clima dúctil, sus cerros escoltándola, fortalecido luciría con sus tres ríos cristalinos atravesándola, bordeados de caminos con árboles. Con gentes caminando por parques reverdecidos, por calles con andenes renovados, advirtiendo casas y edificios con antejardines floridos en barrios distantes del centro. Con tales franjas verdes aromando su vestido blanco, Popayán pasearía su escenario urbano cortejando todo evento, y a todo ser viviente inmerso en verdes de todo color.
En Popayán los faroles señalan la ruta
Por: Guillermo Alberto González Mosquera
A las seis de la tarde se encienden los faroles y una luz blanquecina se esparce por cada rincón. Inmediatamente se escuchan los gritos de treinta mil estudiantes que buscan los claustros para acogerse al amparo de la ciencia y las artes. Los fieles entran a los templos y los vitrales reflejan los paisajes de la Biblia.
Esa es mi ciudad amada que se ha llenado de extranjeros que buscan los pájaros de colores en cada rama de su tropical acento. Cerca está San Agustín con sus moles de piedra y el Macizo dispersa las aguas de los grandes ríos de la Patria. Esa es Popayán, que puede ser el nicho victorioso para el turismo local y extranjero. Esa es su vocación bienaventurada.
Todavía duermes Popayán
Por: Juan Carlos Salazar Peña
Conozco una ciudad
que duerme tranquila
en los andes Colombianos;
que se deja arrullar
por el viento tibio
de la cordillera central;
siempre viste de blanco
como las novias
que han desfilado por tus templos coloniales.
¡Oh Popayán!
Bello valle de Pubén
donde levanta su frente
la Torre visionaria del Reloj
Y eres vigilada celosamente por el Puracé,
que te mira y suspira
como los jóvenes enamorados.
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