Fotoreportaje: Anarkos, ligado a la historia de Popayán
Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico
El Nuevo Liberal
Se instalaron algunos alambres de acero para impedir que se presentaran saqueos a algunos de los locales sin embargo estos pueden representan un riesgo para algún transeúnte desprevenido.
El área construida en la Manzana 99 del centro de la ciudad, conocida por los patojos como centro comercial Anarkos, es una zona que ha sufrido varias modificaciones en el transcurso del tiempo.
Hace 50 años fue la plaza de mercado del centro de la ciudad y al poco tiempo se transformó en la construcción que hoy conocemos y que para ese entonces sería uno de los proyectos vanguardistas de Colombia en su transformación hacia el nuevo milenio.
Aunque no hay una definición clara de lo que relaciona el vocablo Anarkos con este sector, pueda que dicha integración provenga del anarcosindicalismo, por la conexión que existe con el movimiento obrero. Y es que se puede relacionar teniendo en cuenta que hasta principios de los años noventa, las calles periféricas de la Manzana 99 estaban copadas por vendedores ambulantes que, organizados defendían su derecho al trabajo y sindicalizados consiguieron valer sus derechos para encontrar la oportunidad de trabajar en lo que hoy es el centro comercial El Empedrado.
Hace más de dos años, el Anarkos fue desalojado por lo que serían unas fallas estructurales en su edificación. Varios de los pequeños empresarios organizados hoy siguen esperando una solución concreta al problema allí acaecido. Mientras tanto la copropiedad de la que hace parte la Alcaldía, es objeto de vandalismo, lo que acarrea un detrimento a los bienes públicos y privados de la Manzana 99.
La actual administración del municipio proyectó hacer un cierre con estructura rígida por todo el perímetro de la construcción de la manzana 99, para lo que emplearan mano de obra calificada del Sena, sin embargo, por la pandemia esto puede tardar.
Los contadores fueron hurtados con todo y cajas de protección, los primeros al destruirlos en su interior tienen piezas de cobre que luego son vendidos, y las cajas metálicas se ofrecen al mejor postor por parte de personas con problemas de adicción.
Las tapas de cemento de los contadores del agua se elaboran con hierro lo que las hace atractivas de robadas y destruir para después vender.
Rompiendo los ventanales algunos inescrupulosos han ingresado a los locales en busca de objetos de valor, deteriorando los vienen muebles que aún quedan como existencia comercial de los empresarios.
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