Análisis: Monopolio vs. licores extranjeros

Impacto del proyecto de ley del monopolio de licores sobre los departamentos y las industrias licoreras.

Por: Hernán Vicente Pabón Dorado

Economista

Llama la atención que en el texto del proyecto se expresa en repetidas oportunidades, que se está regulando el monopolio de licores destilados como arbitrio rentístico cuyo titular es cada departamento donde se consumen los licores. Archivo – El Nuevo Liberal.


 


Desde el mes de noviembre del año pasado, está cursando en el Congreso de la República el Proyecto de Ley 152 de 2015 Cámara, que en esta semana se está discutiendo en la Comisión Tercera del Senado. Fue presentado por el Gobierno Nacional a los 24 años de expedida nuestra Constitución Política y desarrolla en forma incompleta el tema del monopolio de licores establecido en el artículo 336, el cual dispone, que ese monopolio debe funcionar como arbitrio rentístico, con una finalidad de interés público o social y en virtud de una ley de régimen propio, de iniciativa gubernamental.

Como está concebido el proyecto es inconstitucional e inconveniente. Analizado a fondo, persigue dos propósitos: acabar en la práctica con el régimen de monopolio dispuesto en la Carta Magna; y disminuir la mayor tarifa que hoy tienen los licores de contenido alcohólico superior a 35 grados (en su mayoría extranjeros) frente a los de menor grado (gran parte de los nacionales). De esas dos intensiones derivan efectos negativos en contra de la producción nacional de licores, porque disminuyen el actual impuesto a los licores extranjeros con relación a los nacionales; y en consecuencia habrá desplazamiento de un lado a otro.

Por supuesto, lo anterior ha venido ocurriendo en los últimos años, como se observa al recorrer los Supermercados del país; y de aprobarse la nueva medida, esa tendencia se acrecentará, en contra de las licoreras departamentales.

Sin embargo, con una visión simplemente fiscalista, el Gobierno Nacional sostiene que todos los productos deben pagar el impuesto de consumo a los departamentos, lo cual es cierto, pero desde un punto de vista teórico – legal.

Lo grave del asunto, es que a pesar de la obligación impositiva mencionada, en la práctica ello no se da: con el fuerte desplazamiento de los licores nacionales a los extranjeros que ocurre desde la década anterior. En las ingresos percibidos por los departamentos por concepto del impuesto de Licores extranjeros, deberían reflejarse esos efectos, pero ello no ha ocurrido, como puede comprobarse en fuentes oficiales que le hacen control y seguimiento a los mismos.

De cifras de la Superintendencia Nacional de Salud, se deduce que entre los años 2003 y 2014, los licores extranjeros solo aportaron el 8.8% de los recaudos obtenidos por esa Renta en todos los departamentos del país, mientras los licores nacionales cubrieron el 91.2%.

Llama la atención, que en el texto del proyecto se expresa en repetidas oportunidades, que se está regulando el monopolio de licores destilados, como arbitrio rentístico cuyo titular es cada departamento donde se consumen los licores; sin embargo, en 22 de sus 26 artículos, se establecen condiciones que deben cumplir los departamentos para el ejercicio del monopolio, y que corresponden a un régimen de libre competencia, lo cual atenta contra el sentido del monopolio determinado por los constituyentes.

Y es inconveniente para los departamentos y el país, desde varios puntos de vista, algunos de los cuales se citan a continuación:

  1. No establece ninguna medida para el control del consumo de bebidas alcohólicas, lo cual es una obligación del Estado por motivos de Salud pública y seguridad ciudadana. Por el contrario, elimina la diferencia de tarifas de la norma actual, que busca disminuir el consumo de bebidas de alto contenido alcohólico.
  2. Disminuye recursos para la salud, al reducir del 38,9% al 37% su participación en el impuesto de licores.
  3. Aumenta la carga impositiva de los licores nacionales frente a los extranjeros. En promedio, los primeros quedarían pagando el 50% de su precio de venta y los segundos el 40%.
  4. Con las mayores cargas impositivas y consecuentes mayores precios, frente a menores cargas de los extranjeros, se disminuirán las ventas de licores nacionales y las rentas de los departamentos.
  5. Pone en peligro a las pequeñas empresas de licores (Cauca, Caldas, Tolima), que puedan sucumbir por efectos de precios y las nuevas condiciones del mercado, lo cual tendría además de los efectos impositivos ya citados, otros muy negativos contra la economía y la sociedad de cada departamento así: desaparecen muchos empleos y la demanda que esas empresas efectúan a las regiones o al país de materias primas, insumos y servicios generales; se acaban las utilidades de las actuales empresas trasfieren anualmente a las Tesorerías Departamentales; detrimento de un patrimonio público de alto significado para la región; pérdida de una institución y de un apoyo efectivo para manifestaciones patronales y culturales de las localidades y subregiones, entre otros.
  6. De aprobarse el proyecto pierden los 32 departamentos, las 6 actuales empresas de licores, la población colombiana que se beneficia de los servicios del Estado en Salud y Educación; es decir, muchas instituciones y millones de colombianos. Y todo ello, en beneficio de unas pocas empresas (3) que manejan el 90% de las importaciones de licores en el país y que son agencias de las empresas transnacionales que dominan oligopólicamente ese mercado en el mundo.

Justo es de indicar, que en el proceso de discusión en la Cámara y el Senado se han introducido algunos cambios al texto del proyecto tratando de mejorarlo, pero se conservan en lo esencial los dos nefastos propósitos mencionados.

Es posible que muchas personas en el Cauca y en el país no estemos de acuerdo con el manejo que se le ha dado a las Industrias Licoreras, pero no por ello, debemos desear que desaparezcan. Las cifras son dicientes y nos dan una visión más objetiva (recuadros):

– Entre los años 2003 y 2015 el total recaudado por el impuesto de licores fue $10,3 billones, de los cuales $4,0 billones se giraron directamente para Salud, y el 51% del resto a Educación. El 91,2% de esos recaudos proviene de licores nacionales y solo el 8,8% de extranjeros.

– Del recaudo total por concepto de los licores nacionales ($9,4 billones), los 6 departamentos que han conservado su empresa de licores recaudaron el 68% y los 26 departamentos restantes solo el 32%. Se demuestra que las 6 empresas han logrado preservar en sus respectivos departamentos gran parte de esa renta tan importante; y también han contribuido a que otras secciones del país, aún la conserven por lo menos en parte. De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de licores no ha disminuido en el país, por el contrario ha venido en aumento. Lo que pasa es que los recursos no aparecen, y según parece, se quedan en manos de terceros que defraudan al Estado, con prácticas como el contrabando y la adulteración.

El Cauca, en ese periodo recaudó $377.222 millones, el 4% del total del país. Es una cifra aparentemente pequeña, pero superior a lo recaudado individualmente por 27 departamentos, muchos de ellos con mayor número de habitantes y de mayor poder económico como: Atlántico, Córdoba, Santander, Norte de Santander, Boyacá, Risaralda, Quindío, Nariño, Huila, Meta, Tolima, Magdalena, Bolívar, Cesar.

Se espera que los Honorable Senadores del Cauca, en la discusión en plenaria, consideren planteamientos como éstos que están haciendo diversas empresas y organizaciones del país, con sentido regional y social y se abstengan de aprobar este proyecto cuando les corresponda tomar la decisión en plenaria. Más aún, personalmente espero como colombiano, que todos los Senadores, no propicien este nuevo desastre para Colombia y sus regiones.