A precio de huevo

Algunas cosas ya no valdrán “a huevo” si se aprueba la tercera Reforma Tributaria que ha presentado al Congreso el actual Ministro de Hacienda. Si esto sucede, en adelante no se podrá decir: “me vale huevo” porque la quinta parte del precio de un alimento será en impuestos.

La reforma tiene el espíritu muerto. Atacada desde todos los frentes. Ojalá se refleje ese sentir, en las comisiones económicas del parlamento. Hay dos opciones: o la archivan por ir en contra del pueblo o hacen la contrarreforma social.

No obstante, la justificación que presenta el ministerio para buscar la aprobación del esperpento, se basa en el chantaje. Si no es aprobada, entonces, los recursos de salud y educación, entre otros, se verán afectados. No habrá más becas para estudiar. ¿A todas estas, que pensará el Partido Conservador, de tanta reforma tributaria presentada por su ministro?

Y tampoco es válido, que por causa de la avalancha, rio abajo, del precio internacional del petróleo, que dejó al gobierno sin la renta petrolera; se pretenda tapar, el faltante de dinero, con el bolsillo de la clase media y baja.

El gran problema del país es la concentración de la riqueza. Pocas manos, lo tienen todo y muchas manos, les falta todo. La reforma tributaria que requiere el país debe ser progresiva. Impuesto a la riqueza y no al trabajo del colombiano promedio.

Ahora bien, la Comisión de Expertos que creo el congreso, con el objeto de presentar una propuesta de reforma estructural a la tributación, ha quedado en la nebulosa. Al parecer, su trabajo es una contradicción. Hablaron de los síntomas y no atacaron la enfermedad.

En muchos apartes, descubren que el agua moja. Por ejemplo: dicen los señores: En Colombia, la riqueza está en pocas manos y en consecuencia los niveles de pobreza y desigualdad son altos. Sí, es cierto, hasta Piketty, el francés, lo sabe. Pero, proponen ponerles impuestos a los tenderos sobre las ventas diarias y a las multinacionales sobre las utilidades. Expertos regresivos.

Sus consejos se fundan en lo que exigen las instituciones financieras internacionales. Los principios neoliberales han acrecentado los niveles de pobreza y miseria, desde la puesta en marcha del modelo, en los años 90’s.

No somos un país de la OCDE. ¡No! ¡Aun no!, un pobre de allá, es millonario acá. Por lo tanto, no se puede pretender tener la tributación de los países desarrollados. Sin antes hacer los cambios estructurales que requiere la economía, empezando por las malas prácticas neoliberales.

A este paso, Colombia se convertirá en líder latinoamericano en IVA. Pronto alcanzará a España que tienen el 21%. Hace rato se alejó del promedio latino del 15%, muy lejos de Canadá y Japón que tienen el 5%, pero primero en desigualdad social.

¿Y la gente de dónde va a pagar tanto impuesto? Si aproximadamente 7 de cada 10 colombianos, o no tiene trabajo, o esta en la informalidad, o en el rebusque o inactivo. ¿De dónde será?

¿Cuál será la opinión de los codirectores del banco grande, ante el incremento del IVA? La técnica que ellos usan para predecir el futuro, muestra que el incremento en los impuestos, aumenta la carestía. Así que tras de gordo, hinchado y con paperas.

De otra parte, ¿Qué va a pasar con los miles de colombianos que tienen dineros ociosos en los paraísos fiscales? Darío Arizmendi podría orientar este punto, él sabe sobre la investigación de los papeles de Panamá.

La tributación no puede seguir considerando las toallas higiénicas y los tampones artículos de lujo. Por el contrario, debe poner impuestos fuertes a las transnacionales mineras. Venden el carbón a precio de huevo, de lógica que pagan mínimos impuestos y todo se queda en los intermediarios internacionales. La riqueza nacional natural se esfuma y no pasa nada.

Ah, lo que faltaba, la reforma pretende aumentar los impuestos a los combustibles. Con la excusa de cuidar el ambiente, de por si contaminado por la minería ilegal que nadie combate.

Tiene la razón el Senador Velasco. El 97% del parque automotor se concentra en los primeros 4 estratos. Un incremento a la gasolina crea carestía en todo. Todo aumenta, menos el ingreso.

Finalmente, en tiempos de crisis, uno se come “aun cuando sea un arroz con huevo”. Creo que si la reforma pasa, se volverá alimento de lujo.